miércoles, 27 de enero de 2010

Investigación y novela


La investigación es inherente al arte como el talento mismo y en el caso de la literatura podemos aventurarnos a decir que sin un conocimiento previo, es imposible escribir una novela.

Cuando nos referimos a investigación literaria no estamos incluyendo solamente libros de texto, también añadimos todo tipo de observación empírica de la realidad.

Observación empírica

Para ser escritor, lo primero es ser un buen observador. El escritor debe de ser capaz de detallar cada gesto de las gentes, cada movimiento del aire, cada paso del ser humano por el mundo.

El escritor debe de aprender de cierta manera las técnicas de la actuación basadas en la observación porque al escribir se convertirá en un actor capaz de encarnar a cada uno de sus personajes para encontrarles el tono preciso, la frase adecuada.

También de forma empírica, un escritor debe de estudiar el mundo que le rodea, las leyes sociales, las costumbres y para esto tendrá que conversar con muchas personas a las que pueda sacarles toda la mayor información posible.

Libros de texto

En ocasiones, el escritor debe de tener la información precisa sobre un tema, por ejemplo si uno de su personajes es un abogado, debe documentarse sobre el quehacer de esta profesión y aunque no escriba al detalle cada dato aprendido, si deberá dominar el tema en para darle la veracidad necesaria a la novela.

Si la novela es histórica, de más está decir que el autor deberá inmiscuirse en los detalles de la época en que ha ubicado la trama.

Aunque la ficción permite la recreación de la historia sin que se deba guardar una fidelidad total al momento preciso en que se envuelve la trama, si es necesario que el escritor le de un aire de época a la novela para que esta sea creíble.

El conocimiento

Cualquier forma de aprendizaje, bien sea la observación o las lecturas en la biblioteca, que lleve a un al escritor a obtener mayor conocimiento, le será de gran utilidad dentro de su obra literaria.

Sin dudas un escritor debe ser una persona inquieta por el conocimiento y nutrirse de todo lo que encuentre a su alrededor.

Cuando un escritor es un conocedor tendrá muchas más posibilidades de abrir su imaginación y de crear situaciones en su obra.

El escritor lector incansable

El escritor además debe de estar al tanto de las corrientes artísticas y literarias de su época, al igual que debe dominar la historia del arte y la literatura.

Al dominar su entorno artístico y las corrientes que imperan en su tiempo podrá entender mejor hacia donde ir con su obra literaria, como comunicarse con el público o el lector de su época.

Si el escritor ha estudiado la historia del arte y la literatura, tendrá mas posibilidades de recrear la realidad porque no perderá tiempo descubriendo lo que ya está descubierto o escrito.

¿Pudiera el conocimiento matar la creación?

Si un autor se empecina en poner cada detalle estudiado dentro de la obra literaria, perderá sin dudas el aliento creativo porque la novela no es una tesis de investigación, es arte.

Es recomendable que el autor primero estudie el tema del que se trata su novela y luego se de una tiempo para relajarse . Cuando sienta que todo se le olvidó, entonces estará listo para comenzar a crear.

Si un autor se sienta a crear con un número de lecturas alejadas en el tiempo, podrá ser capaz de escribir una obra con imaginación y veracidad .

Aunque en algún momento deba de leer sobre algún detalle que se le olvidó o precisar algún dato, ya estará tan metido en el universo de la obra que nada se la podrá echar a perder.

lunes, 25 de enero de 2010

Sobre la novela de Odette Alonso, Espejo de tres cuerpos

foto Odette Alonso (izq) y Carmen Duarte
Espejo de tres cuerpos publicada por la editorial Quimera (2009) es una novela centrada en un triángulo amoroso femenino donde madre e hija se disputan la misma persona.

La trama no hubiese variado mucho si la autora en vez de escoger una mujer como manzana de la discordia, hubiese escogido un hombre, pero evidentemente el propósito de la escritora es describir la pasión desbordante que caracteriza las relaciones entre mujeres y las similitudes que pueden tener con las relaciones heterosexuales. El común Don Juan de cualquier novela, es en esta, una Doña Juana que al igual que su homólogo masculino, no repara en conquistar toda mujer que le gusta sin medir las consecuencias.

Odette Alonso detalla con maestría el ambiente hostil en que se desarrollan las relaciones lésbicas y cómo este influye en el deterioro de las mismas. La novela escrita con un realismo naturalista, no edulcora la crudeza con que la sociedad juzga el amor entre las mujeres y como incluso, intentan interferir para malograrlo.

El continuo batallar por defender los sentimientos que las unen, crea entre las lesbianas lazos muy fuertes que perduran más allá del desamor, definiendo en ellas un comportamiento ambivalente que las hace prolongar el sufrimiento de una ruptura de pareja, mucho mas de lo que lo prolongaría una pareja heterosexual.

Esta casi hermandad que crea la hostilidad social entre las lesbianas, es a la vez un punto que suele fracturar las relaciones entre mujeres porque en la batalla por un amor, ellas suelen perder sus familias, sus viejas amistades y en muchos casos sus trabajos y el desgaste personal es tan grande que termina por deteriorar el amor por el que tanto lucharon.

Sorprende que una poeta como lo es Odette Alonso, no se haya valido de metáforas esta vez y en consecuencia con un género casi nuevo para ella, haya desnudado con tal realismo el mundo de estas mujeres, haciendo que el conflicto trascienda y se convierta en lo que verdaderamente es, una problemática que se vuelve común en nuestros tiempos, en la medida en que las lesbianas deciden mostrar abiertamente y sin tapujos el amor que sienten unas por las otras.

Carmen Duarte

sábado, 23 de enero de 2010

Tras la huella de Juana Borrero


Hace cuatro años, antes de empezar a escribir mi novela inédita, Donde Empieza y Acaba el Mundo, visité Cayo Hueso, tratando de encontrar la tumba de Juana Borrero, pero recuerdo que era un domingo y no se encontraba nadie en las oficinas del Cementerio. Por mucho que caminé por entre las bóvedas del lugar, jamás encontré el famoso mausoleo del que me habló Mario Rivera cuando lo conocí. La prisa me hizo regresar a Miami el mismo día y las obligaciones me sujetaron de tal manera que empecé a escribir la novela sin haber visto la tumba.

Hace un mes, después de dar por terminada Donde empieza y acaba el mundo, tuve la oportunidad de volver a viajar de Miami, hasta el extremo Sur de Estados Unidos y regresé al Cementerio de Cayo Hueso para continuar la búsqueda, a pesar de que ya tengo escrito todo un capítulo donde describo un fabuloso mausoleo de mármol negro dedicado a Juana Borrero.

Para mi sorpresa, cuando el personal que allí trabaja me llevó hasta el lugar donde descansan los restos de la poetisa me encontré esta tumba sencilla y pobre que pueden ver en las fotos que están arriba. Recuerdo que Mario me habló de una piedra de mármol que él y un amigo mandaron a grabar con dinero de sus bolsillos para honrar la memoria de Juana Borrero, pero siempre pensé que esta había sido una solución provisional, hasta que encontraran la manera de construir el famoso mausoleo.

¿Debería dejar en la novela la narración de la tumba de la poetisa tal y como la escribí porque aunque sea en la imaginación, esa y no la real es la bóveda que merece la Novia Triste?.

viernes, 22 de enero de 2010

¿Cómo publicar poesía?



Heriberto Hernández es un poeta empecinado en no dejar morir sus versos dentro de una gaveta. Desde que lo conocí en Matanzas a finales de la década de los 80, lo vi trabajar con la paciencia de un escribano medieval en la editorial artesanal La Vigía.

Creada por un grupo de poetas y artistas jóvenes, La Vigía dio a conocer lo más importante de la producción poética y narrativa de Matanzas a través de un número limitado de libros editados en papel cartucho, ilustrados a mano y cosidos con soga que conmovían al lector por la belleza única de cada ejemplar.

Hace unos pocos meses me reencontré con Heriberto Hernández en Miami y me tuve que sonreír cuando me habló de la editorial Bluebird, creada por él y otros poetas cubanos que residen en Estados Unidos.

Al oírlo disertar sobre la editorial, comprendí que no todo estaba perdido y decidí asirme como un parásito a este grupo de artistas que con su ánimo y entereza me contagian de la energía que creí perdida con mi juventud.

Dentro de Los Frutos del Vacío, publicado por Bluebird (2008), se encuentra la visión del Mundo de este poeta nacido en la tierra de José Jacinto Milanés. Tras cada verso reconocemos las paredes de Matanzas, los campos y las febriles incógnitas que se tejieron en la mente de Heriberto tras cada lectura, tras cada experiencia vivida, escritas con la maestría, elegancia y sabiduría de los grandes.

¿Pero cómo Heriberto ha logrado publicar esta bellísima edición de sus poemas?. Con dinero de sus bolsillos, con limitaciones de distribución, pero con una fe y seguridad como escritor dignas del poeta que es.

En el mundo editorial de hoy donde prima el criterio mercantil por encima del cultural, son pocos las editoriales que se atreven a publicar poesía porque según los editores, los poemas no se venden.

El género poético pertenece por excelencia al salón de clase y a la tertulia literaria donde acude la elite culta de cualquier sociedad.

No obstante, de la poesía se deriva la canción actual que a pesar de tener sus características propias, puede contener a través de las imágenes el espíritu sublime de un verso que tal vez sea cantado por millones de personas en el mundo.

Por todo esto, se puede afirmar que la poesía es inherente al ser humano, aquel que viviendo entre ovejas y durmiendo a la intemperie, comenzó a imaginar que las estrellas tejían formas en el cielo y las nombró Osa Mayor, Osa menor...

No es fácil publicar poesía, pero el verso existe y está en todas partes a pesar de algunos editores, por eso cuando veo ejemplos como el de Heriberto Hernández y su editorial Bluebird tengo que celebrar.

Los poetas son los Quijotes de la contemporaneidad y para publicar sus versos tienen que luchar contra Molinos de Viento.

Carmen Duarte.

martes, 19 de enero de 2010

Lugar, tiempo y acción


El lugar, el tiempo y la acción conforman una unidad inseparable dentro de la estructura de cualquier obra literaria, con la que más de un escritor ha jugado a través de los siglos.

Cabe señalar que los escritores en su afán de renovar las técnicas aprendidas y por influencia del momento histórico-cultural que les circunda, han tratado de alterar esta unidad para encontrar nuevos caminos que les ayuden a expresar el mundo que les ha tocado vivir, sin embargo, a pesar de todos los cambios que han sufrido estos tres elementos , la unidad entre ellos se mantiene de forma indivisible e inalterable.

Unidad lugar, tiempo y acción

Dentro de cualquier obra literaria clásica la acción ocurre en un lugar preciso, durante un tiempo determinado.

Cabe señalar que en la medida en que otros géneros como el cine e incluso hasta las investigaciones científicas han influido en la literatura, los autores han ido jugando con la unidad lugar, tiempo y acción.

Sin embargo aunque en la actualidad un personaje viva en diferentes tiempos a la vez o en diferentes dimensiones o lugares, la unidad lugar, tiempo y acción no se rompe.

Tiempo

El tiempo de una obra literaria no es similar al tiempo real porque dentro de una novela o drama o poema, el autor selecciona momentos y los concatena cronológicamente de manera que el lector o espectador entienda la historia.

Hoy en día, los escritores rechazan escribir utilizando el tiempo de manera cronológica, generalmente dan saltos hacia atrás o hacia delante para que el lector tenga que componer el tiempo lineal y entender la cronología de los sucesos.

También es frecuente que los personajes viajen a través del tiempo lo mismo hacia el pasado que hacia el futuro. En ocasiones van hacia atrás y arreglan sucesos pasados para que no tengan consecuencia en el presente o viajan hacia delante para conocer el por venir y darse cuenta de las posibles consecuencias de sus acciones presentes.

Lugar

El lugar es el sitio donde ocurre la acción en un tiempo determinado. Generalmente según la selección de momentos que haga el autor, los lugares varían.

Hemos visto a través de la historia de la literatura que los autores han inventado lugares inexistentes, los mismo ciudades desconocidas, planetas o casas familiares que nadie puede reconocer en la realidad.

Sin embargo, aunque el lugar donde se desarrolla la acción no sea real, la misma ocurre en el sitio inventado por el autor para la obra literaria específica.

También se debe señalar que si un personaje viaja en el tiempo, viajará de lugar porque aunque encuentre en otro siglo, en el mismo sitio, este ya no será igual, estará irremediablemente cambiado por el paso del tiempo.

Acción

La acción o los sucesos a través de los cuáles se cuenta la historia de una obra literaria, siempre tienen que tener una ubicación espacial y temporal.

Aunque el autor no perfile el lugar o el tiempo en que se desarrolla determinada acción, esta se manifiesta en un contexto específico.

Aunque el autor quiera negar la existencia espacial y temporal dentro de su novela, el lector siempre imaginará un contexto para la acción porque de lo contrario esta no puede existir.

La acción al igual que el tiempo y el lugar puede ser sacado del marco cronológico tradicional y ser presentada por el autor con un orden saltado o desorden lineal que motive al lector a componer los pedazos de la historia para entenderla, como si fuera esta un rompecabezas.

Conclusion

La unidad tiempo, lugar y acción es indivisible y sin ella no existe la obra literaria.

Toda estructura de novela debe de jugar con estos tres elementos unidos entre si, aunque el autor pretenda alterarlos.

sábado, 16 de enero de 2010

Literatura homosexual


La literatura homosexual está definida por el comportamiento de sus protagónicos, bien sean estos homosexuales, bisexuales o transexuales.

El hecho de que los personajes prefieran a personas de su mismo sexo, no conlleva que los textos deban ser expresados de alguna manera en especial, ni que las tramas estén marcadas por algún tipo de acción específica.

Géneros literarios

Los géneros se definen por la acción de la trama y la manera en que esta es expresada.

Por ejemplo, el género de aventuras es diseñado por una trama donde abundan las peripecias y a través de ellas se mantiene la atención del lector.

El llamado género psicológico o drama es definido por la manera exhausta en que el escritor narra el devenir de la mente de sus protagónicos y la trama generalmente, no es abundante de acciones externas.

Sin embargo cuando un personaje es homosexual, el autor no está obligado a narrar de una manera determinada, ni tampoco es obligado a desarrollar la trama con un devenir de peripecias continuas.

¿Tiene sentido la división de géneros literarios?

Los géneros surgen por la necesidad que tienen los estudiosos de clasificar la literatura para comprender mejor los períodos y sus tendencias.

Hoy en día se habla mucho de la fusión de géneros literarios como parte de la expresión de la época ecléctica que vivimos.

En el mundo occidental, la religión, la filosofía, el diseño, la moda y los campos de la existencia humana en general, se están alimentando de múltiples tendencias.

Este fenómeno, como todo lo que atañe al ser humano, se refleja en la literatura contemporánea y le confiere a esta un carácter flexible donde las líneas de genéricas se borran.

La literatura erótica

Este tipo de literatura que hace énfasis en la descripción del proceso sexual de los personajes, puede contener protagónicos homosexuales o heterosexuales.

La trama de estos textos se basa en la narración exhaustiva del acto sexual, abordando todo tipo de preferencias bien sean personas del mismo sexo, dominantes y dominados, más de dos en la cama y un sinfín de situaciones que existen en la realidad.

El objetivo primordial de estos textos es despertar el sentido erótico de quien lo lea, pero no necesariamente es una literatura para motivar el deseo por el mismo sexo.

Literatura homosexual como subgénero

Generalmente la literatura homosexual es colocada como un subgénero de la literatura erótica, sin embargo el que los personajes prefieran su mismo sexo no es necesariamente erótico.

En la literatura llamada homosexual lo mismo encontramos novelas eróticas que novelas psicológicas donde los personajes debaten su homosexualidad, incluso novelas donde se denuncia el tratamiento hostil hacia homosexuales.

Auge de la literatura homosexual

El desarrollo de los movimientos de derechos civiles a favor de los homosexuales en el mundo occidental, ha traído que cada día más personas "salgan del armario".

En la medida en que la comunidad homosexual mundial ha ido tomando forma y poder político, la literatura homosexual ha comenzado a ocupar espacios en los estantes de ventas de libros.

Las ventas y la literatura homosexual

La necesidad del mercado es la que ha colocado la etiqueta de literatura homosexual a los libros donde los personajes prefieren el mismo sexo.

La idea de que la literatura homosexual es solo para consumo de los homosexuales ha limitado el que novelas de contenido social, escritas para todo tipo de público, con estructuras literarias osadas, hayan caído en los estantes de literatura erótica.

Los compradores de literatura erótica no necesariamente gustan de la literatura de contenido social y por lo tanto no compran esas novelas con un mensaje más elaborado y profundo.

Por otra parte los lectores que gustan de la literatura que estimule su intelecto y no su sexo, no saben que esos libros existen porque están colocados donde ellos no buscan.

La literatura donde los protagónicos son homosexuales no está escrita necesariamente para el consumo de personas homosexuales y catalogarla como un género en si, es ponerla en desventaja desde el punto de vista de la distribución.

La descripción en función de la acción



La descripción o regodeo de la palabra dentro de una novela es un recurso útil en la medida en que funciona como descanso de la acción, no obstante forma parte del todo y como tal, debe aportar algo al eje central de la novela o acción principal.

Descripción como elemento informativo

La descripción sirve para informar al lector porque generalmente explica o bien las circunstancias o el entorno o la psicología de un personaje o de un grupo de personas o las características físicas de alguien.

Según el sujeto que describe, el lector sacará conclusiones diferentes porque nunca tendrá el mismo significado una descripción narrada desde el punto de vista de un personaje o del narrador en tercera persona que es como el observador tradicional de las novelas.


Descripción desde la mente del personaje

Cuando el autor expone el devenir del pensamiento de un personaje, debe tener en cuenta la psicología específica del mismo.

Siempre que un personaje narra desde su punto de vista particular, esa descripción contiene doble información para el lector.

Por una parte el lector conoce más al personaje porque descubre cómo este mira al mundo y por otra parte, conoce una arista del mundo que rodea al personaje o al menos una visión particular del mismo.


Descripción desde la mente del narrador

Si una novela es contada por un narrador en tercera persona, este será para el lector la verdad de la historia o el Dios de la novela, aquel que ve y sabe todo.

Todo lo que cuenta este narrador tiene para el lector el significado especial de lo fidedigno y cualquier descripción escrita desde el punto de vista de este sujeto posee el sello de lo incuestionable porque el lector presupone que esa es la voz del escritor.

El narrador en tercera persona puede describir lo mismo el interior de un personaje que sus características físicas que el entorno natural o las circunstancias.


Cuando la novela es narrada desde un personaje

En ocasiones una novela es contada por un personaje específico que hace la función de un narrador en tercera persona.
Si bien este personaje es a la vez el Dios o moderador de la historia, esta es contada desde su perspectiva y no desde la perspectiva del autor.

Este narrador-personaje puede lo mismo extrañarse de las circunstancias y describir lo circundante con más o menos objetividad y a la vez ser partícipe de las circunstancias cuando estas lo requieren.


Descripción de la naturaleza

Si la descripción consiste en la exposición de un paisaje, esta debe de trasmitir o bien el estado emocional del personaje antes de entrar en una acción, o bien su sensibilidad o su carácter.

También, la descripción del medio natural puede inferir algún cambio de la acción por la venida de una catástrofe natural o puede aportar en detalle el escenario donde se va a desarrollar cualquier acción para darle mayor veracidad y color.

Es bueno recordar que dentro de la literatura romántica del siglo IXX los autores vinculaban las descripciones de la naturaleza con el estado anímico de los personajes y con las desgracias por venir.

Descripción de lo circundante

Cuando la descripción se refiere al entorno social en que se desarrollan los acontecimientos o acciones de la historia, esta sin dudas, dará la información necesaria al lector para comprender las motivaciones de los personajes al actuar en ese medio.

Si la descripción se refiere al entorno familiar, esta proporcionará una visión la visión necesaria al lector para comprender los acontecimientos o acciones de a historia.

Por igual, si la descripción se basa en los detalles decorativos de una casa o de la arquitectura de un edificio o de un objeto específico, esta deberá aportar información al lector para que comprenda las acciones de los personajes.

Conclusión

La descripción por muy contemplativa que sea, debe ser colocada dentro de una novela como un elemento que aporte a la acción central.

Las novelas son como rompecabezas donde cada elemento debe encajar para lograr la armonía requerida por el arte.

Encontrar la mina de oro


La realidad puede parecerle hermética a un escritor durante el tiempo en que busca una idea para comenzar un nueva obra, hasta que un día, sin saber cómo, descubre en la inmensidad del mundo una mina de oro.

La mina de oro

Si nos imaginamos la realidad como una gran montaña, podremos decir que cuando un escritor encuentra una idea capaz de sostener una novela, un drama o cualquier otro tipo de obra literaria ha encontrado una mina de oro.

Encontrar el oro, es algo muy personal y depende solamente de los intereses del escritor y de su imaginación por lo que se pudiera decir que para cada escritor el oro tiene un color y una forma diferente.

Después de descubrir la veta de oro, el escritor debe lanzarse con toda la fuerza de su voluntad y explotar la mina hasta terminar la obra literaria.


La satisfacción del oro

Para un escritor, no tener tema de que escribir es una agonía que le puede llevar a la desesperación de manera tal que en ocasiones se paraliza.

Cuando un escritor no puede escribir siente que le mundo se le viene encima porque ha perdido el gusto por la creación.

Por tal motivo, encontrar la mina de oro resulta de gran satisfacción para un escritor porque desde que la percibe, vuelve a sentirse dueño de su talento.


¿Cómo encontrar la mina?

Lo principal para un escritor es no aterrarse cuando no le viene ninguna idea, lo mejor es que se deje llevar y disfrute de todo lo que le rodea.

En ocasiones la idea para una obra puede venir de una simple conversación con alguien conocido o desconocido, de la lectura, de una película, de un viaje.

Sin embargo, cuando un escritor se ve forzado a escribir cualquier cosa para cumplir un contrato, debe de tener creado los mecanismos necesarios para que le fluyan las ideas.


Vivir en medio del oro

Cuando un escritor trabaja sistemáticamente, imponiéndose horarios y metas, podrá percibir que su cerebro no parará de aportarle ideas.

Mientras más trabaja un escritor, más ideas le vienen a la cabeza porque en el universo de la creación todo está concatenado y un tema lleva hacia otro irremediablemente.

La creación, de cierta manera se comporta como el cuerpo humano. Si un individuo no ejercita el cuerpo, sus músculos se pondrán flácidos y pederán fuerza.


La condición del escritor

Cuando alguien descubre que es escritor, no podrá parar de serlo hasta el último día de su existencia por tal motivo, se puede decir que la carrera del escritor es de por vida.

Ningún escritor genuino se retira de la profesión porque la edad, en ocasiones puede enriquecer su obra enormemente.

Es recomendable que cada escritor que se tome en serio, establezca su disciplina de trabajo y la cumpla, sea cual fuera las circunstancias en que se encuentra. Si no se es testarudo, no se es escritor.


Los obstáculos

Alcanzar éxito comercial como escritor depende de múltiples factores ajenos al talento o a la literatura propiamente, por eso es frecuente que un escritor no tenga éxito de venta con facilidad.

El reto de todo escritor es sobrevivir económicamente y a la vez realizar su obra literaria. La realidad circunstancial le absorbe gran parte de las energías a cualquier escritor y algunos se quedan exhaustos, al punto de posponer la realización de sus textos.

Es imprescindible recordar que no solo de talento se hace el escritor porque si las ideas no se llevan a cabo y se plasman en el papel, no se es autor.

Todo creador debe tener una voluntad de hierro y no dejarse vencer por las circunstancias. Este esfuerzo a su vez, con la complejidad que encierra, le proporcionará mas ideas para crear.


Conclusión

Para vivir en abundancia de ideas, o sea para vivir dentro de una mina de oro, se debe trabajar sin parar aunque el escritor se encuentre en medio de la adversidad.

Romper el blanco del papel


Para un escritor, romper el blanco del papel puede ser un reto aterrador, sobre todo cuando el creador está en los comienzos de su carrera, no obstante, la única manera de aprender a escribir es escribiendo.

El trance del escritor

Se le puede llamar trance del escritor al momento de comunicación del autor con el mundo inventado, o sea con su imaginación.

Cuando la concentración del creador está en el punto máximo, es como un traslado del autor en el espacio y el tiempo hacia un mundo inexistente donde él está presente como observador y partícipe.

Se suele decir que el escritor está distraído cuando en realidad su mente está altamente concentrada en el universo de su creación absorbiendo con avidez el mundo que solamente él es capaz de ver y sentir.


¿El viaje a otro mundo es solo cualidad del escritor?

Viajar en la imaginación es inherente al ser humano, es una condición con la que se nace, pero que lamentablemente la realidad y la experiencia se encargan de aplastar.

Mientras la madurez del ser humano está relacionada con la capacidad de adaptarse a la realidad y vencer sus escollos, la madurez literaria está emparentada con la condición más pura de la niñez.

Con frecuencia vemos actuar a los niños en un mundo imaginario donde solo ellos participan, olvidándose que las personas del mundo real los pueden observar.

Incluso, si los niños se percatan de que algún mayor los observa jugar, se muestran apenados como si hubiesen sido descubiertos en un acto de mayor intimidad.


¿Cómo se logra la concentración?

La concentración literaria o comunicación con el mundo imaginado se logra haciendo presencia en el universo creado.

Tal como algunas tendencias filosóficas y religiosas aconsejan al ser humano a estar presente en el aquí y ahora, para no divagar en el recuerdo o en la preocupación sin sentido, el autor debe de estar presente a tiempo en el allá de su imaginación.


¿Cómo hacer presencia en el universo creado?

La única manera de estar presente en el allá de la imaginación es no pensando, escribiendo como si alguien le dictase al autor cada palabra a dibujar en el papel.

Algunos autores hablan de la singular experiencia de escribir en extrañamiento, como si fuera otro el que escribe, o sea si mucha conciencia de lo que se está diciendo.

En realidad, los psicólogos denominan a este otro yo, el subconsciente que dicho de manera simple es como un piloto encendido en el cerebro que hace de las suyas sin que medie la voluntad de la persona.


¿Cómo romper el papel en blanco?

Valiéndose de la cualidad inherente al ser humano de sumirse en la imaginación y hacerla realidad al plasmarla en el papel.

Concentrándose de manera tal en el mundo creado que el mundo real ya no importe, o sea haciéndose presente en el allá de la creación para observar, participar y devolver en el papel lo que vimos o vivimos en el mundo de la irrealidad.
Para romper el papel en blanco, lo principal es no pensar, escribir.


¿Tiene valor literario lo que escribe un autor cuando está en trance?

Cuando un autor tiene muchos años de oficio y escribe en trance, puede que el producto mediato tenga valor literario, o sea esté bien escrito y requiera solo algunas correcciones posteriores.

Si el autor tiene menos experiencia de oficio, tendrá escrito todo un material con vuelo literario e imaginación que deberá de trabajar para mejorar el lenguaje y después pulir.

La ventaja de cortar el pensamiento y entrar de lleno en el universo de la creación, hará que el autor le pierda el miedo a romper el papel en blanco y se lance a escribir, aunque después tenga que romperlo.

Más de un autor ha roto miles de papeles, antes de que una obra literaria tome la forma que él desee.

Hablar de lo que no se conoce



Cuando alguien comienza a dar sus primeros pasos como escritor, generalmente le recomiendan que escriba sobre las experiencias del mundo que le rodea, sin embargo los estudiosos consideran que un escritor llega a la madurez literaria cuando escribe sobre lo que no conoce, o sea cuando es capaz de separarse de lo circundante.

¿Por qué escribir sobre las experiencias propias?

El primer paso que da un escritor es el de dominar la palabra, al punto de convertirla en su mejor aliada o instrumento de expresión.

Amaestrar el lenguaje es parte imprescindible del aprendizaje de un escritor, al igual que lo es el aprendizaje de las técnicas literarias.

Por tal razón, se le recomienda al principiante que escriba sobre lo que conoce porque sin tener que forzar su imaginación, podrá echarle mano las experiencias vividas para aprender el oficio de escritor.


¿A qué se le llama oficio?

El Oficio del escritor es el dominio de la palabra escrita, o sea para llegar a ser un artista y desbordar la imaginación, primero se debe conocer el lenguaje y saber expresarse a través del mismo con maestría.

Si comparamos el aprendizaje del escritor con el de un músico, podemos decir que el primer paso de un instrumentista es el de saber colocar las notas precisas, el de adquirir la rapidez necesaria y el dominio pleno del instrumento, luego podrá dejar fluir su sensibilidad y personalidad a través de la interpretación musical.


¿Qué sucede cuando un principiante es muy joven?

Cuando un escritor es muy joven y no ha acumulado experiencias suficientes, de seguro tendrá el ojo avisor para encontrar algún enfoque particular del mundo que le rodea.

El que es escritor con talento, hace literatura con su pensamiento o con su sentimiento, con una simple observación.
Por eso se dice que la poesía es el género por excelencia de la juventud porque la adolescencia es la edad del descubrimiento del yo y del mundo que nos rodea, es la edad del desborde pasional por la vida.


La narrativa y el teatro de los muy jóvenes

Pero el joven que en plena adolescencia se atreve a incursionar en la narrativa o el drama, deberá de ser muy ingenioso para encontrar un tema fuerte del que hablar.

Hay personas que el plena adolescencia han vivido más que un anciano de noventa años y si desean ser escritores, no tienen que hacer grandes esfuerzos para atrapar sus circunstancias.

Pero los jóvenes que poseen mayor educación, generalmente han crecido con la protección familiar y no han tenido que enfrentarse al mundo todavía.

Existen algunos creadores que en plena adolescencia han decidido escribir sobre temas históricos porque pueden suplir su falta de experiencia vital con la investigación histórica. Sin embargo, otros han tenido la habilidad de encontrar en su medio familiar un universo para contar.


¿Cómo alcanzar la madurez literaria?

Después de haber adquirido el oficio, el escritor está listo para volar hasta encontrar los mundos posibles que su imaginación le permita percibir.

La ventaja de escribir sobre lo que no se ha vivido directamente está en la gama de significados que puede adquirir una obra escrita desde una perspectiva del extrañamiento.

Cuando el creador escribe sobre el mundo imaginado no deja de plasmar su experiencia vital y su personalidad, pero además, puede insertar con más facilidad sus conceptos filosóficos, sus códigos y símbolos internos porque es capaz de moldear una realidad a su antojo.


¿Qué es la madurez artística?

Es ser el artífice, la inteligencia, el Dios, de un mundo imaginado. Alguien capaz de otorgarle la vida o la muerte a sus personajes, de hacerles padecer, reflexionar, sufrir.

La madurez del escritor es cuando un creador es capaz de anular su yo y entrar en el desborde de su imaginación de tal manera que recree un mundo que no existe y el lector lo confunda con el mundo real.

Es simplemente cuando en una obra literaria no se ven las costuras del oficio, ni se descubre al autor.

¿Cómo mantener la atención del lector?


La narración como hija legítima de la poesía y el drama, contiene elementos esenciales de ambos géneros. Por una parte, se alimenta de la lírica para crear su tejido de palabras y por otra, desarrolla su trama apoyándose en la ley del conflicto.

Ley del conflicto

De forma simplificada podemos decir que la ley del conflicto es la lucha de un individuo contra otro o de un grupo de individuos contra otro grupo de individuos.

Lo que mueve la ley del conflicto es la voluntad consciente de los personajes, lo que ellos quieren. O sea, se trata de la lucha de todo ser humano por obtener sus metas, bien sean materiales o espirituales.

Con esto queremos decir que los conflictos no son más que los puntos álgidos de la realidad, los puntos de contradicción y lucha que se establecen cuando los seres humanos se proponen la realización de sus deseos o ideales y la ación de otros seres humanos o la naturaleza o Dios o el destino, se les opone.

Conflicto interno de los personajes

Los estudiosos afirman que los grandes personajes de la literatura son aquellos que se transforman o bien en el tiempo de la representación teatral, o en el tiempo que dura la novela o el filme.

La anagnórisis de los personajes o el momento en que ellos reconocen la situación en que se encuentran, puede hacer que el personaje recapacite y cambie sus objetivos, lo cuál le creará irremediablemente una contradicción interna.

A esta contradicción que está dentro del alma del personaje, se le llama conflicto interno y puede, en si, mover cualquier acción.

Múltiples conflictos

Dentro de una historia existen múltiples conflictos que son generados por los personajes y por las circunstancias.

Si un autor aprende a administrar estos conflictos, logrará mantener a través de ellos, la atención y el interés del lector.

¿Cómo manejar los conflictos?


Cada capítulo es una unidad en si que imita a pequeña escala la estructura general de la novela por eso cada capítulo debe tener su conflicto propio que lo mueve.

Para mantener la atención del lector, es aconsejable que el autor cierre cada capítulo en el clímax del conflicto de una sub-trama.

En la medida de lo posible, los capítulos no deben resolver su conflicto, si no dejarlo en su punto más álgido para que el lector se interese por seguir leyendo el próximo capítulo y no pueda despegarse del libro.

Acción y descripción

Los capítulos no deben de terminar en una descripción, si no, en una acción que se quede suspendida. Las descripciones son los momentos de paz, de recreación que deben intercalarse en una novela para darle espacio a la palabra y enamorar al lector con su sonido.

Sin embargo, las descripciones no son ideales para cerrar los capítulos porque puede decaer la atención del lector, a menos que se esté describiendo la formación de un huracán o del preámbulo de un acontecimiento por venir que cambiará el curso de la historia.

El no conflicto

El arte conceptual niega la trama, la acción y basa su objetivo en los conceptos o símbolos, sin embargo a pesar de que un artista niegue el conflicto, este siempre estará presente.

Algunas novelas tratan de anular la acción o el conflicto para darle prioridad al concepto o a la palabra, pero en este esfuerzo, crean otro conflicto.

Cuando un personaje decide no moverse, no salir, no enfrentarse al mundo, está generando en su interior un conflicto que aunque el autor no quiera, moverá la acción interna del personaje.

Conclusión

Para mantener la atención del lector se debe cerrar cada capítulo con una situación que quede en suspenso, con un conflicto por resolver.

De esta manera el lector quedará atrapado dentro de las páginas y no podrá cerrar el libro hasta que no lo termine.

La mentira literaria

La imaginación que condiciona a todo escritor hace que en ocasiones, algunos sustenten sus novelas sobre una gran mentira.

El reto de todo escritor es hacer creer al lector que sus mentiras son verdades encerradas dentro del universo de una novela.

¿Cómo hacer que la mentira parezca una verdad?

El universo de una novela no es la realidad, es un reflejo de esta visto a través de los ojos del escritor y pasado por la maquinaria de su inventiva.

Cada novela tiene sus leyes internas que el escritor establece desde las primeras líneas a manera de códigos internos que cuando el lector los atrapa, comienza a inmiscuirse en el universo del texto que lee y lo hace propio, en otras palabras, real.

La mentira de una novela solo parece real si está bien justificada a través de elementos que demuestren que puede ser una verdad.

Mentira literaria e hipótesis dentro de la novela

Dentro de la novela, una hipótesis es una verdad a probar y una mentira literaria es lo irreal que el escritor necesita convertir en real para sustentar una metáfora.

Existen novelas basadas en hechos reales, bien presentes o históricos, que los escritores suelen construir a manera de tesis novelada. O sea, tratan de demostrar una suposición histórica a través de la novela y para lograrlo acuden a la investigación histórica.

La mentira literaria suele ser sustentada a través de las leyes creadas por el autor para el universo de la novela.

Códigos frecuentes para justificar una mentira

El código de lo onírico es utilizado habitualmente cuando el autor quiere justificar a través de los sueños cualquier mentira, irrealidad, metáfora.

El código mágico o la apropiación de la cultura popular trasmitida a través de lo oral, sirve para justificar dentro de la novela cualquier mentira literaria.

El código de lo absurdo pertenece por entero al universo literario y es utilizado para justificar lo errático e irreal que resulta la realidad en ocasiones.

El origen de la mentira literaria

La mentira es inherente a la literatura como la palabra misma y es creada por la percepción sensible del autor del mundo no real, pero posible.

Es la forma que tiene el escritor de hacer comprender al lector que la sensibilidad artística es capaz de trascender la realidad.

La mentira en la literatura occidental

Desde las primeras manifestaciones literarias de la cultura occidental encontramos que la mentira o lo mágico ocupaba un lugar primordial.

El oráculo fue un elemento extraído de la realidad que ayudó a la literatura de aquellos tiempos a justificar cualquier metáfora.

Es obvio que en los tiempos de Eurípides el ser humano justificaba lo que no entendía a través de lo mágico y esta necesidad existencial penetró las artes de manera tal que aún persiste en nuestros tiempos.

En literatura todo es posible

Los vampiros creados por la cultura popular antigua vuelven una y otra vez a la literatura de todos los tiempos, incluso al guión cinematográfico contemporáneo de manera que a las puertas del 2010 algunos los dan por reales.

El miedo a las predicciones, al destino, aún mueve la sensibilidad de muchos lectores que encuentran fascinante las novelas justificadas a través de elementos del arte adivinatorio, al punto que para algunos se confunde con la realidad misma.

Mezcla de lo real y lo irreal

La novelística contemporánea suele mezclar con facilidad lo real y lo irreal en el saco de lo posible, lo que le permite al escritor encontrar con libertad su mentiras literarias o metáforas.

La novela como género aglutinante de géneros necesita de la poesía para levantar vuelo literario y trascender lo anecdótico de la trama.

¿Cómo encontrar la voz de un personaje?


El diálogo resulta un recurso importante dentro de una novela en la medida en que ayuda a adelantar la acción y completa la construcción del personaje


Si bien la novela es un género de la narrativa, en ella están contenidos los demás géneros de la literatura. Esta multiplicidad le confiere una flexibilidad única a la novela al punto de convertirla en un género muy atractivo para escritores y público en general.

Sin embargo, los diálogos juegan un papel importante dentro de una narración en la medida en que ayudan a adelantar la acción de la trama y completan la construcción del personaje.

El diálogo y la trama

Existen dos tipos de diálogos, el activo y el pasivo.

El diálogo activo está en función de la trama y para que resulte, debe de estar compuesto por verbos que ayuden a adelantar los sucesos.

Es bueno recordar que en los verbos está contenida la acción y a través de ellos podemos agilizar algunos momentos de la trama, siempre y cuando sea necesario.

El diálogo pasivo contiene más adjetivos y se utiliza solamente cuando el autor desea resumir la acción o sea cuando necesita que un nuevo personaje conozca lo que pasó o conozca quién es el otro.

Los diálogos pasivos deben parecer coloquiales, a pesar de que la intención del autor es informar al lector o a otro personaje, por tal motivo es imprescindible que sean muy sintéticos para que no se conviertan en otra narración.

La voz del personaje

Las palabras contenidas en un diálogo deben parecer verosímiles al lector y para lograrlo, el autor debe de tener en cuenta todas las característica del personaje, la personalidad, la cultura, la profesión, etc.

Cuando un personaje tiene voz es porque el autor ha llegado a conocerlo de tal manera que puede expresarse a través de él sin ser descubierto.

Algunos autores suelen colocarse en el lugar del personaje como si fueran actores y de esta forma encuentran la voz que le pertenece al personaje en cada situación determinada.

Los personajes y su forma específica de hablar

Dentro de un diálogo donde participan dos o mas personas deben de existir matices diferentes que identifiquen a cada cual por su forma de hablar.

De lo contrario, se corre el riesgo de dejar ver la voz del autor que es como que se vean las costuras de una pieza de vestir o los esfuerzos de una bailarina para lograr los giros que con tanta gracia ofrece durante el espectáculo.

El producto final de una obra artística tiene que llegar a las manos del público con una elaboración tal que las gentes no se percaten del artista que está detrás.

Los diálogos como balance armónico

Una novela debe de tener armonía en su estructura y para lograrla es necesario que el autor trabaje imitando las olas del mar o siguiendo las pautas de un concierto.

En otras palabras, el autor debe de ser capaz de mantener la atención del lector y la gran ventaja que nos ofrece la novela como género es que en ella están contenidos los demás géneros.

Resulta muy conveniente matizar la acción con diálogos que rompan la cadencia que traíamos y de esta forma mantener al lector activo.

Conclusión

En una buena novela no pueden faltar los buenos diálogos y estos, como la narración misma, tienen sus leyes internas.

El diálogo para estar en función de la trama debe contener verbos y para informar, debe de ser muy sintético, de manera tal que el personaje sea capaz en pocas palabra de situar al lector o a otro personaje, sin que su discurso se convierta en otra narración.

Es conveniente dejar fluir el actor que tiene todo autor dentro y colocarse en el lugar de sus personajes para encontrarles la voz interna y de esta forma, hacerlos hablar.


Seguidores

Site Meter